Máxilo Facial
Rostro Armonizante
El balance y armonía en los distintos sectores de la cara están dados por varios factores anatómicos, tanto esqueléticos como de sus partes blandas.
Entre los primeros u óseos se encuentran un contorno mandibular definido con una proyección acorde al resto de la cara y un ancho proporcional a nivel de su ángulos, simetría en la mirada frontal y del perfil facial y de una relación normal entre los tres tercios faciales, superior, medio e inferior.
La presencia de alteraciones locales como hundimientos y/o abultamientos como consecuencia de secuelas traumáticas o quirúrgicas que dejan como marca el tratamiento de tumores óseos, también alteran el esqueleto de la cara y por ende su estética. Estas diferentes causas (genéticas, del desarrollo o adquiridas) deberán corregirse mediante la cirugía maxilofacial y en algunos pacientes con el complemento de la ortodoncia. En varios pacientes debe sumarse la corrección de partes blandas si la deformidad o disconformidad estética del paciente lo requieran.
Procedimientos
Las alteraciones del tercio facial con respecto al plano frontal de la cara, es decir del perfil de la cara, o en la vista de frente dará a lugar a deformidades, tanto por exceso o déficit óseo, que el paciente puede corregir mediante la reposición, el acortamiento o elongación del sector o hueso afectado.
Las deformidades del maxilar inferior, incluido el mentón y los ángulos mandibulares como lo son el prognatismo y el laterognatismo (desviación hacia un lado del mentón y la mordida), del maxilar superior como la pronasia o el retromaxilismo y del hueso de la frente pueden ser corregidos por operaciones totalmente regladas y de muchos años de experiencia en la especialidad.
En ellas se utilizan, de ser necesario, tecnología muy avanzada como el titanio para su fijación y aparatos de corte óseo de alta precisión y mínimo daño local, y su éxito dependerá de un buen plan preoperatorio y de la experiencia de todo el equipo incluyendo al cirujano, odontólogo, anestesista tanto como de los asistentes, instrumentadora y circulantes de quirófano.
Los cambios que se pueden obtener son a veces espectaculares cuando la deformidad es grave y otras veces se circunscribe al pedido del paciente de acuerdo a expectativas lógicas y en el marco de una buena consulta preoperatoria.
Prótesis
La técnica descrita aplicada a algunas de estas deformidades (tratamiento del hueso deformado o del esqueleto facial) puede ser reemplazada por el aumento volumétrico facial mediante prótesis.
Una de las prótesis utilizadas actualmente son los implantes quirúrgicos MEDPOR de Porex Surgical Inc. Están fabricados con polietileno lineal de alta densidad que permite el crecimiento del tejido óseo a través de sus poros y no tienen efectos sistémicos ni citotóxicos observables. Las prótesis tienen una amplia variedad de formas y tamaños para su uso en estética, reconstrucción y aumento craneofacial. En determinados pacientes solucionan de una manera más simple la falta de volumen, proyección y altura de determinados huesos o sectores del esqueleto facial. El cirujano debe explicar los beneficios y las dificultades y limitaciones de ambos procedimientos y así el paciente tendrá la posibilidad a elegir junto a su cirujano entre las dos opciones para corregir su defecto.
Para ello el cirujano deberá conocer ambas técnicas para no guiar al paciente hacia la que sabe, obviando la otra por desconocimiento técnico.

